Abstract:
El PIB en Chile está liderado por el Área de Servicios, siendo la Minería la Segunda Actividad productiva que más aporta al país y que atrae mayor inversión extranjera, en la última década ha aportado con el 13% del PIB nacional, o sea el país basa su economía en lo producido por la minería, por lo que se considera una actividad a proteger, ya que de ella depende la generación de empleos, tanto directos e indirectos. Chile es en tanto un país considerado minero, por su historia, especialización técnica, enorme potencial geológico, asimismo porque ha construido una institucionalidad que permite la inversión en minería instaurada a través de la LOC Concesiones Mineras, que estableció garantías de propiedad a los poseedores de las mismas. Paralelamente a su condición de status dentro de la economía y del desarrollo del país, la minería a toda escala, es un sector altamente contaminante en sus procesos. Uno de estos problemas medioambientales es el uso, la disponibilidad, el acceso y la contaminación del agua. La minería utiliza grandes cantidades de agua, la cual si bien reutiliza en sus mismas operaciones, no puede ser vuelta a utilizar para el consumo humano, de la vida animal y vegetal, lo que ha implicado que se generen conflictos entre grandes empresas y las comunidades circundantes. Las regulaciones para el acceso y la gestión del agua en el país están declaradas en el Código de Agua de 1981, donde separa el dominio de la propiedad del agua con respecto a la Tierra, por tanto alguien puede ser dueño de la tierra, pero no del Agua, lo que ha permitido un comercio de compra-venta del recurso. En la zona norte del país esta situación se agudiza debido a la escasez de agua por su geografía (zonas áridas) y las regulaciones sobre el acceso y propiedad de las mismas, lo que ha causado la sobre-explotación de las cuencas, y ha generado un clima de tensión entre las comunidades locales con las empresas mineras. El estudio apunta a exponer de manera gráfica los conflictos suscitados en esta zona.